Tipo de excursión: paisajística – botánica – de naturaleza
Encuentro en Monte Maccione, entrega de comida para el camino Salida en Land Rover hasta el puente S’abba Arva.
Tras salir de Oliena en todoterreno, se llega a la localidad de Dorgali y se continúa por la Orientale Sarda, una importante carretera romana construida hace siglos desde donde es posible disfrutar de un panorama único y original.
Bordeando las crestas de las montañas se pueden admirar, de un solo vistazo, el Supramonte de Oliena, Dorgali y Orgosolo, para después visualizar el entorno de las montañas salvajes de Baunei, que caen abruptamente al mar.
Tras unos pocos quilómetros, se abandona la carretera principal para bajar en dirección a Telettotes, una hermosísima localidad en el corazón de la montaña famosa por sus espléndidos enclaves naturales y por acoger la gruta de Su Palu, la gruta más larga de Cerdeña, el lugar perfecto para los amantes de la espeleología, que, con sus innumerables ramificaciones, alcanza una extensión de cuarenta kilómetros aproximadamente.
Tras bajar del todoterreno, se continúa a pie cruzando un pequeño riachuelo de agua cristalina que desciende desde las paredes altas de la montaña para desaparecer después, engullido por las entrañas del Supramonte, y recorriendo una parte de la gruta de Su Palu.
El sendero serpentea a lo largo del escarpado lecho del torrente, en una alternancia de zonas bosque tupido, casi impenetrable, y espacios abiertos y soleados que permiten admirar las grandes paredes grises y rojizas de la montaña, para terminar después en el lecho del río, inmersos en auténticos bosques de adelfas centenarias de mil colores, atravesando auténticas «esferas» de piedra caliza, pulidas y moldeadas por el movimiento constante del agua cristalina que fluye imperturbable hasta alcanzar Cala Luna.
Tras llegar a la famosísima playa, de arena fina y «crujiente», con un mar turquesa y cristalino que se desvela inesperadamente tras los hermosos enebros centenarios, las blancas y enormes rocas calcáreas, moldeadas y pulidas por grandes marejadas, proponen una visión de tal belleza capaz de provocar la admiración de cualquiera. El río que fluye a través de un lecho sinuoso, oculto, ya por la roca, ya por la vegetación, finaliza el recorrido desembocando en el mar transparente, mientras la playa de arena blanca de Cala Luna surge rodeada de adelfas centenarias de mil colores.
Las gaviotas y los cormoranes, desde siempre guardianes de esta belleza oculta, entrelazan sus vuelos en los altos cielos de la Cerdeña oriental y se exhiben en saltos de rara maestría. Asimismo, su posición geográfica, ubicada entre los acantilados de la montaña calcárea, dan a Cala Luna un toque de original belleza capaz de convertirla en una de las playas más fascinantes del mundo, destino predilecto de gran número de turistas.
Una vez se ha admirado y disfrutado este rincón de singular belleza, se retoma el camino hacia arriba recorriendo un hermosísimo sendero de gran amplitud y fácilmente transitable, que permite disfrutar desde lo alto de los espléndidos fondos marinos del golfo de Orosei, hasta llegar hasta los todoterrenos en Cala Fuili y regresar al punto de llegada.